lunes, 25 de junio de 2012

Sí, quiero… para toda la vida

«Sí..., acepto, para toda la vida; incluyendo la prosperidad y felicidad, las alegrías y tristezas, tus fragilidades y las mías, los problemas económicos, la enfermedad y los sufrimientos...»
La doctora alemana Jutta Burggraf aporta algunos consejos para la fidelidad matrimonial desde el "sí" nupcial hasta la muerte.
¿A qué causas se deben las fracturas en la lealtad matrimonial?
A veces se culpa la independencia de la mujer actual. No creo que sea el problema de hoy. Al contrario, es una suerte que exista, porque sólo quien es interiormente libre e independiente puede amar y entregarse verdaderamente a los demás. Voy a enumerar brevemente algunas dificultades:
Dos personas se casan hoy, en general por simpatía y amor; es decir, por motivos subjetivos y menos objetivos. Esto es muy bueno e ideal, si no se dejan completamente de lado los aspectos objetivos como la cultura, la forma de ver la vida, etc.
Casarse por amor, me parece que es la única razón aceptable para contraer matrimonio. Sin embargo, hoy en día, no es raro que falten casi todos los motivos objetivos. En este caso, la fidelidad matrimonial es sumamente difícil. Porque cuando se acaba el amor, cuando llega la monotonía cotidiana, hay que perseverar sin un entorno exterior que sostenga.
Muchas veces los esposos tienen distintos campos de acción, ya sea en la familia, en la profesión fuera del hogar. No se ven durante muchas horas del día. Sin embargo, tienen contacto con otras personas, hombres y mujeres, y con ellos comparten sus intereses y planes profesionales. Cuando vuelven cansados a casa, ya no tienen fuerzas para dialogar o hacer planes y esto genera una distancia entre los esposos.
Al mismo tiempo, la opinión pública y las costumbres occidentales no protegen el matrimonio. Incluso se puede decir sin exagerar que se hace propaganda a la infidelidad.
Esta alianza, hecha exteriormente hacia fuera, es una protección del amor. Es decir a la otra persona: "Yo te quiero verdaderamente, y siempre quiero quererte. No sé todo lo que pasará a lo largo de mi vida. A lo mejor, hay tentaciones y conflictos. Pero tengo la voluntad de superarlas y para probártelo te doy una promesa oficial"

viernes, 8 de junio de 2012

Estrategias para evitar discusiones con tu pareja


Las palabras hirientes expresadas con ira se recuerdan por mucho tiempo y envenenan la relación... Lo mejor para fortalecer una relación es la comunicación y comprensión. Hay quien puede pensar que un matrimonio se rompe por discutir acaloradamente. Pero nuestra experiencia nos demuestra que hasta las parejas felizmente casadas pueden tener peleas a gritos. Los matrimonios felices no son nunca uniones perfectas. Discuten, como todos, de lo mismo: el dinero, el trabajo, los niños, el mantenimiento de la casa, la familia política... El misterio es cómo logran moverse con desenvoltura a través de esas aguas turbulentas.


Cómo mejorar la relación con su cónyuge
  • Aprenda a dialogar: escuche, explique y comprenda hasta ganar/ganar.
  • Tenga paciencia con el proceso y la persona.
  • Trátelo/a con delicadeza.
  • Tenga disposición de aprender de él/ella.
  • Acéptelo/a como es, sin exigir cosas que no puede dar.
  • Tenga una actitud abierta cuando discutan puntos en los que ambos difieren.
  • Concéntrese en las cualidades y buenas acciones del él/ella, antes de resaltar lo malo.
  • Antes de emitir un concepto negativo que ataque a su cónyuge, pare respire y conviértalo en algo positivo.
  • Retome actividades y hobbies que practicaban juntos en sus épocas más felices
  • Hágase las siguientes preguntas:
    • ¿Qué hace que yo me sientas amada(o)?
    • ¿Que hace que mi cónyuge se sienta amada(o)?
    • ¿Cómo puedo encontrar nuevas expresiones  para mostrar mi amor a mi cónyuge en esta semana?