miércoles, 24 de octubre de 2012

VIOLENCIA FAMILIAR




Es importante hablar de violencia domestica, porque este es el mayor abuso que se comete contra la familia, pero que muchas veces tanto la mujer o el hombre o los niños,  que son abusados callan, por
lo que la violencia domestica se tiende a tapar, para cubrir las apariencias y no se busca ayuda por este motivo; a veces de manera inconsciente se justifican los actos violentos y en los casos más trágicos se termina con la muerte de la víctima.
Los abusos van desde físicos, verbales, sicológicos, económicos, sexuales, emocional, espiritual, etc.
En muchos casos el victimario, aísla a la victima de su familia lo que hace difícil que la victima busque ayuda, se crea un tipo de dependencia y de control.
Porque se quedan dentro de una relación toxica?
Muchas veces por miedo o por dependencia económica, falsa creencia de que las cosas mejoraran, amenazas de suicidio, por los hijos, también puede haber implicado otro tipo de dependencia emocional, miedo espiritual a ofender a Dios con el divorcio, etc. Ahora el hombre también pude ser víctima de la violencia domestica en un número menor de casos.

Que se puede hacer en caso de violencia domestica?
Hay muchos sitios especializados que protegen tanto a la mujer como al hombre que están siendo abusados, lo primero que se debe hacer es Buscar ayuda profesional, medico-terapéutica, consejería  familiar y también se recomienda hablar con un sacerdote  en caso de estar casados por iglesia para
que le de las recomendaciones según el caso particular

Que opina la iglesia en caso de separación?
Recordemos que la separación no es sinónimo de divorcio por lo que la separación en el caso de violencia domestica no es un pecado; sino un derecho legitimo que tiene la victima para sí misma y para proteger a sus hijos si los tiene. Toda persona como hijo de Dios tiene derecho a que se le respete su vida y su dignidad.


Salmos 11:5 El Señor examina a justos y a malvados, y aborrece a los que aman la violencia.

sábado, 6 de octubre de 2012

El matrimonio ayer y hoy

Un documento que brinda a los esposos la oportunidad de vivir un matrimonio más profundo y fecundo.
Cuando algo anda mal en el mundo, es que la Iglesia tiene razón. Quien lea detenidamente la Encíclica Humanae Vitae del Papa Pablo VI, verá cómo y por qué muchas cosas acontecidas en el mundo a lo largo de los 30 últimos años.

 CARTA PASTORAL DE MONS. CHAPUT, ARZOBISPO DE DENVER
 En el 30º aniversario de la Enciclica Humanae Vitae
Hace treinta años, el Papa Pablo VI publicó la carta encíclica Humanae Vitae, reafirmando la enseñanza constante de la Iglesia sobre la regulación de la natalidad. Se trata, seguramente, de la intervención papal más mal entendida de este siglo. Fue la chispa que dio inicio a tres décadas de duda y disenso entre muchos católicos, sobre todo en los países desarrollados. Sin embargo, con el paso del tiempo, ha resultado profética. Enseña la verdad. Por consiguiente, la finalidad de esta carta pastoral es sencilla. El mensaje de la Humanae vitae no es una carga sino una fuente de alegría. La encíclica brinda a los esposos la oportunidad de vivir un matrimonio más profundo y fecundo.

«Liberación» del hombre y explotación de la mujer
 En segundo lugar, advirtió que le hombre perdería el respeto a la mujer «sin preocuparse de su equilibrio físico o psicológico», hasta el punto de considerarla «como simple instrumento de goce egoísta y no como compañera, respetada y amada». En ese proceso, uno de los aspectos más irónicos del debate de la pasada generación sobre la anticoncepción fue el siguiente: muchas feministas atacaron a la Iglesia católica por su presunta falta de aprecio a las mujeres, pero en la Humanae vitae la Iglesia identificó y rechazó la explotación sexual de la mujer años antes de que ese mensaje entrara a formar parte de la corriente cultural principal. Una vez más, Pablo VI tuvo razón.

Arma eugenética peligrosa
En tercer lugar, el Santo Padre advirtió que el uso generalizado de la anticoncepción pondría un arma peligrosa en las manos de autoridades.
Las políticas de control demográfico son ahora parte integrante de casi todos los debates sobre las ayudas a los países extranjeros. La masiva exportación de anticonceptivos, de la práctica del aborto y de la esterilización desde el mundo industrializado hacia los países en vías de desarrollo no es más que una forma más o menos encubierta de guerra contra la población y de cambio cultural. También en esto Pablo VI tenía razón.

Deshumanización de la mujer
En cuarto lugar, advirtió que la anticoncepción llevaría a los seres humanos a creer erróneamente que tienen un señorío ilimitado sobre su cuerpo, transformando inevitablemente a la persona humana en objeto. El hombre y la mujer participan de modo singular en la gloria de Dios a través de su capacidad de crear. Sin embargo en la base de la anticoncepción está la suposición de que la fertilidad es una infección que se ha de combatir y controlar de la misma manera que se ataca a las bacterias con los antibióticos. Si la fertilidad se presenta, de forma incorrecta, como una infección que es preciso combatir, entonces es posible hacer lo mismo con una nueva vida. La mujer se convierte en objeto de los instrumentos con los que pretende asegurar su propia liberación y defensa, mientras el hombre no comparte esa carga. Una vez más Pablo VI tenía razón.

Alteración ecológica de las relaciones humanas
De este último argumento del Santo Padre han resultado muchas otras cosas: la fecundación in vitro, la clonación, la manipulación genética y los experimentos sobre embriones, todos ellos derivados de la técnica anticonceptiva. Las técnicas anticonceptivas, precisamente por su impacto sobre la intimidad sexual, han trastocado nuestro modo de entender los fines de la sexualidad, de la fertilidad e incluso del matrimonio. Los ha separado de la identidad natural y orgánica de la persona humana y ha alterado la ecología de las relaciones humanas. Ha confundido nuestro vocabulario sobre el amor.  Hay  sociedades que se están arruinando con problemas de identidad sexual y comportamientos desviados, con la destrucción de la familia. Jesús dijo que la verdad nos haría libres.

EXPLICAR BIEN LA VERDAD DE LA HUMANAE VITAE
Los deberes y responsabilidades de la vida matrimonial son numerosos y también serios. En el amor conyugal, Dios desea que los cónyuges encuentren gozo y placer, esperanza y vida abundante, uno en otro y uno a través del otro, de modo que el marido y la mujer, sus hijos y cuantos los conocen, pueden ser estrechados más profundamente en el abrazo de Dios.


Oremos a la Sagrada Familia modelo del hogar Cristiano para que proteja a la iglesia domestica!
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